viernes, 31 de julio de 2009

Las arañas


De niña pasé noches en blanco, noches destinadas a combatir la imagen de una araña en mi habitación; bajo la luz prendida, luchaba contra el sueño por miedo a que ella se subiera a mi cama y ... ¿me enredara en su tela para comerme entera? ¿O quizás era el temor de encontrarme atrapada en el tejido pegajoso de mi mundo oscuro e inconsciente?

A lo largo de los años he desarrollado un gran amor y respeto por estas maravillosas criaturas. He visto sus impecables creaciones balancearse al ritmo del aliento de aire dulce y suave de una cálida mañana, y estremecerse cual filigrana a punto de desgarrarse en las tormentas que amenazan arrancar los árboles de mi jardín, con su tejedora siempre firmemente agarrada de su creación, esperando a que pase la tempestad.

He visto túneles en los sombreados costados de ardientes caminos de tierra, perfectos embudos señalando tentadoras y peligrosas madrigueras; o telas electrificadas que me enchinan la piel cuando levanto las sillas de la terraza señalándome la presencia de una brillante y oscura viuda negra. Arañas negras y castañas, rubias, redondas y planas, arañas gruesas lisas y peludas.

Cual sea su tamaño, su forma y su color estas extraordinarias creadoras de geometría de mis insomnios infantiles, son capaces de crear diseños refinados y equilibrados, cuyas simétricas y armoniosas hilaturas finamente calculadas y trazadas, extienden su mortal entretejido, mientras ellas, meticulosas, cuentan sus pasos para no caer en sus propias redes.

Pacientes y observadoras, estas persistentes tejedoras me enseñan, quizás me muestran lo que quisiera ser. Quisiera seguir tejiendo mi vida con esa confiada, persistente laboriosidad y paciencia, quisiera poseer su tenacidad para rehacer mis tejidos cada vez que los aires de la vida los arrancan de sus puntos de amarre, creando y recreando los matices de mis deseos, de mis sueños, de mis relaciones.

Deseo aprender de ellas la manera en que ellas se desprenden de las telas que no vale la pena rescatar y dejar atrás aquellas creaciones empolvadas y deshiladas porque su función ha caducado. Mi vocación presente es ser su aprendiz, es continuar mi labor creadora eternamente enlazando las hebras de mi existencia, construyendo y diseñando mi destino, capaz de soltar y dejar ir aquellas historias rotas que no aportan más vida a lo que ahora soy.

Araña, silenciosa y cautivante creadora ahora eres bienvenida y te pido sigas acompañando mis noches y habitando mis sueños.



miércoles, 29 de julio de 2009

Solo por el placer


Continúo con mi parábola amorosa porque desde el primer día estoy pensando en lo que voy a escribir, ansío que llegue el momento en que me voy a encontrar aquí, sentada ante mi misma y esta muy querida pantalla que sigue cada uno de mis movimientos, me siento deseosa de ser recibida por esta quietud y libertad.  

Le contaba a unas amigas que el estar aquí, en este espacio me sitúa en un contexto distinto.

Mucho he escrito a lo largo de mi vida, especialmente los últimos años, y sé cuan significante ha sido este medio para reconocerme, para expresarme y compartirme, para poner orden en el caos que por momentos me habita. He escrito desde mi peor confusión, cual naufraga buscando una boya que me mantenga a flote y he usado palabras escritas filosas como navajas para expresar mi rabia y desacuerdo, también de mi han salido poemas y versos que nunca terminan de reflejar los momentos grandiosos de amor y unión que he vivido con los que habitan mi corazón. Discursos han emanado de mi deseo de unirme y ser voz del fluir sagrado y divino de mi anhelo por ser parte de algo más grande que yo.

Lo que es distinto ahora es que aquí el espacio sideral es mi interlocutor, ahora no escribo con la intención, deseo de que alguien me lea, me entienda, en el mejor de los casos me responda. Aquí expreso ante el vacio lo que en este momento soy y deseo poner en letras, que se convierten en frases, que luego son un texto que queda vibrante en un espacio sin rostro, un pulso que permea y toca un campo magnético y enigmático. 

¿Qué pasa con estos impulsos de corriente eléctrica que pasan de una inspiración que aterriza y toma forma en mi cerebro y se desliza a la punta de mis dedos, que va de mis dedos al teclado, del teclado a una onda captada por un satélite y allí ... todo se suspende ... me viene la imagen del rezo y de la plegaría, de aquellos momentos en los que me abro a la posibilidad de imaginar el misterio de la existencia como la sustancia que impregna y vibra con todo lo que existe, ahora y en la eternidad. 

¿Es posible imaginar una gran espiral que del cielo emana inspiración, que logro captar y llevar a símbolos y plasmar su contenido? Ahora, gracias a esta maravillosa posibilidad,  imagino que por este medio puede regresar al cielo y quedar allí pulsando cual estrella, llevando consigo mi mensaje. ¿A quien le haría falta ahora lanzar una botella al mar, si existe la posibilidad de lanzarla al infinito?

Estoy profundamente agradecida.  
   

martes, 28 de julio de 2009


Patty mi amiga, hermana, compañera de camino me invitó a ser parte de un proyecto maravilloso de tanatología holística (pueden visitar al link www.tanatologiaholistica.blogspot.com). 

Este el poema que escribí. 


20 Años después

Hermano, amigo, complice mío este es un alumbramiento,
Hace tiempo que se gesta en mi este pensamiento.
Lista estoy ahora para celebrar tu partida
Y decirte que solo estoy agradecida. 

Danzando, gozando y llorando hemos nacido y crecido 
Tu muerte repentina fue nuestra despedida y hoy he renacido.
Cuanto de ti sentí haber perdido, sufrí por no tocarte nunca jamás
Mi corazón que no quería latir ni una vez si tu no estabas más

Hoy somos hijos del alba y del viento
Juntos palpitamos en el rugir del león hambriento
Nos deslizamos en los luminosos arrecifes de tu océano 
Eternamente unidos por el canto del destino.

Caminemos pues hermano, nuestros caminos distintos
Unidos por un lazo fuera del tiempo que nos regala momentos
Al vernos reflejados en los sueños espejados de noches estrelladas
Arrullados por los susurros de una luna con sus planicies arrugadas

Denis, hermano hoy porto tu luz, sé que tu llevas la mía
Y juntos sembramos los versos de nuestra poesía
Esparciendo destellos de una vida con muerte, y muerte en vida
Alumbrando así los corazones antes de la siguiente partida.

Por siempre
Tu hermana
Laurence Aleema    

domingo, 26 de julio de 2009

Luz y sombra


Leo un texto que me dice que soy luz pero que corro el riesgo de que otros están deseando apagarme porque brillo demasiado. Me lleva a preguntarme si es debido a esta enseñanza debilitadora que tantos y tantas de nosotras tememos brillar y expresar nuestro poder, mostrar cuan extraordinarios seres humanos somos? 

Me pregunto: ¿cuándo internalizamos las formas de ser y de comportarnos que estan asociados con luz y con oscuridad y porqué las perpetuamos? ¿Cómo aprendemos a evaluamos y a valorar nuestros actos de acorde a una curva de valores que internalizamos según nuestra familia, cultura y sistema de valores? ¿Qué es lo que necesitamos en realidad para caer en cuenta que somos Todo y Uno; luz y sombra, bien y mal, positivo y negativo? Que esta primera y fundamental escisión dentro de nosotros y nosotras mismas nos lleva directo al infierno de la comparación, de la duda, de la negación de lo que somos, del culpar a otros por nuestra desdicha, de sentir vergüenza por ser quienes somos, de temer que otros puedan hacernos el mal? 

Les comparto unos párrafos que le escribí a un hombre querido que tuvo la malaventurada idea de mandarme uno de esos forwards que me incendian. El cuento es de una luciérnaga y de una serpiente, la luminosa siendo la luciérnaga, la oscura y mala claro la serpiente.

"Desde mi visión la luz y la oscuridad de todo lo que es y existe son partes esenciales y complementarias de la vibración misma de la existencia. Las semanas que han pasado me han mostrado con indudable claridad y certeza que yo soy el producto, la víctima, guardiana y esclava de mi propia oscuridad. Mi forma de relacionarme con ella es lo que crea la oscuridad en mi vida, nadie tiene el poder de quitarme, apagar, ocultar o transformar mi luz, ni mi oscuridad. 

Sí reconozco que cuando tengo envidia, celos, inseguridad, desconfianza hacia otra persona activo mi parte oscura y resiento la belleza, la felicidad, el logro, el bien estar, la realización, el amor, la armonía de alguien que tiene algo que yo no siento poseer, quizás ni poder lograr. También puedo sentir odio, venganza, resentimiento, y la necesidad de culpar a otros por mi desdicha. Si puedo reconocer esto en mi, entonces existe en otros, sin embargo mi sombra solo me quita, opaca y mata mi propia luz, no la del otro. 

Porqué mi necesidad de escribirte eso? Porque desde dónde lo vivo yo, el enemigo no está afuera, está adentro; porque lo de afuera solo incide en mi cuando yo poseo esa misma creencia, cuando yo soy víctima de mi propio pesar, dudar, resentir y oscuro vivir. 

Me rehuso a creerme víctima potencial de fuerzas oscuras, envidiosas y mal deseosas. Prefiero creerme creadora de mi propio destino, prefiero entrar en mis infiernos, quemarme en mis estacas de creencias negativas, nadar en los pegajosos pantanos de mi fatalismo, pesimismo, victimismo, con los ojos, los oídos y los demás sentidos abiertos y despiertos. Quiero confrontar mis dragones endemoniados con la espada de mi valentía y verdad. No quiero ocultarme detrás de creencias en las que otros sean responsables de mi miseria. Solo yo puedo entregar mi poder a la oscuridad, negándola, reprimiendola, suprimiéndola, eso es lo que dá entrada a sentirme víctima de ella.  
La oscuridad, mi oscuridad es rica, valiosa, matizada porque conlleva mis rastros de vida presente, pasadas y futuras. 

Querido Amado tuve la oportunidad de compartir espacios luminosos y oscuros contigo, vi tu luz y tu sombra, espero haberte hecho el mismo regalo. Una de las partes de las cuales más me enamoré es de tu sombra, vi mucho de ti porque me reflejó mucho de mi y eso lo amé y valoré todo, mucho.

Mi deseo es que tu oscuridad pueda volverse tan tangible y enriquecedora para ti, como lo ha sido para mi. Contigo vi mi sombra como nunca lo había hecho antes, nunca con esta claridad. Vi mi relación con las adicciones, la co-dependencia, la negación, la falta de cuidado hacia mi misma, la comparación, la discriminación, la sensación de auto traición y desvalorización. Volví a sentir lo que tenía que sentir para ser arrastrada por incontables oleajes de recuerdos y emoción, mareas de dolor, vergüenza, desvalorización, inseguridad, ansiedad, enojo, duda, culpa que yo había logrado negar hasta este momento.

Esta acumulación de años de solo querer ser buena, de pensar positivamente y convertir todo en una experiencia de "aprendizaje valioso", el reconocer el estado de ser y de conexión espiritual que pensaba tener no era más que construcción mental y no estaba ni siquiera consciente de ello, de mirar la oscuridad solo de lejos y con arrogante condescendencia - terror en realidad - negando mi maldad, finalmente todo cayó el piso, fue una construcción necesaria en su momento, pero falsa. Tantos años de reprimir mi oscuridad, mi dureza, años de despiadada lucha en contra de mi misma y aquellos innumerables "defectos de carácter".

Ahora me encuentro sin máscara, viendo los fragmentos de mi vida, de mi ser, de mis recuerdos, de mis aprendizajes, de lo que fue y lo que no es más. No tengo en este momento muchos pensamientos con respecto a quien soy, lo que soy y hacia donde voy ... suspiro ... qué alivio! 
No me importa en realidad, estoy renaciendo en mi sombra y mi luz, quiero ambas, sin prisa, sin imagen precisa de mi sueño o visión. 
Y eso es mio, no temo por primera vez, no temo que me arrebaten lo que soy. 

Estoy muy muy agradecida contigo, por lo que vivimos juntos, por toda la luz y toda la oscuridad. Toda. 
Siempre serás un habitante de luz y sombra en mi corazón. "

Con amor, dulzura y verdad. 

sábado, 25 de julio de 2009

Inicios


Pues heme aquí, al fín,  acompañada de mi imparable deseo de escribir y el impacto de saber que este espacio conlleva la libertad y necesidad de realizarlo. ¿Quién me leería me pregunto ... más que yo? El solo escribirlo me muestra que antes de pensar en lo que mis historias pueden despertar en otros y otras, lo que realmente me emociona y atormenta es el simple hecho de tener un espacio solo mio, de conversación conmigo misma, me entusiasma y aterra.
Es encontrarme en la cima de mi panorama, con la vista al vacio de un paisaje que me acoge en su quieta blancura de hoja virtual y un mundo interior tan vasto, rico y complejo clamando un lugar en la expresión escrita. 
Año tras año me he preguntado, ¿qué podria yo escribir que no haya sido escrito antes? ¿qué haría de mis textos algo que pudiera enriquecer, aún en forma mínima, al mundo interesado en la lectura? ¿qué manifestaría de mi? ¿cómo podría yo contribuir a la textura de mi humanidad, a la humanidad a la que pertenezco? 
Una imagen se escurre con extrema rapidez por mi mente y me muestra que no es todo a la vez, que para contar de mi paisaje interior necesito de tiempo, requiero de que esta hoja, en la que aparecen letras al moverse mis dedos por el teclado, se convierta en mi aliada, en mi más feroz, veraz y demandante interlocutora, en mi testigo y testimonio. Aún no es esto, es solo el comienzo y la relativa intimidad que logremos desarrollar dependerá de una fuerza que no entiendo ni domino, de una fuerza que rige un oleage al cual puede elegir, o no, entregarme. 
Esto es un inicio, el principio de una relación, conmigo, con este lugar virtual y abierto a mi expresión, con un anómimo lector o lectora, quizás mismo con el vacio en el que caerán estos textos, leídos unicamente por mis ojos. 
Finalmente parece que estoy hablando de una historia de amor, pregnada de promesas de escucha, de verdad e integridad, presencia, comunicación, neutralidad y mutualidad en la que ambas partes tienen su esencia, lugar y función, para finalmente llegar a la realidad inquebrantable que la intimidad es conmigo misma, que allí solo encuentro el reflejo, el espejo de mi deseo de ser, de vivir y expresar lo que soy porque no puedo no hacerlo, porque es mi respirar mismo. 
Hasta aquí llego hoy.